sábado, 19 de marzo de 2011

Una comedia atrapante, sencilla y profunda

Desde el inicio, Familia para armar rompe con la aceleración a la que todos estamos acostumbrados. La situación inicial plantea a Ernesto (Oscar Ferrigno) y Luis (Jorge Suarez) en la calma del campo pescando e imaginando un truco al que realmente no juegan porque las cartas no están. A partir de ahí se puede comenzar a vislumbrar hacia donde apunta el director Edgardo Gonzalez Amer, llevando al espectador hacia un terreno donde todo parece sereno pero se quebrará de a poco. Todo sucede en Valeria del mar, un hotel bien de esos de pueblo chico, los detalles de las sabanas, la poca gente hospedada, la dueña amable y bien familiar son un detalle que logra la realidad dentro de esta ficción. Es increible como en ningún momento hace ruido ni que no haya computadoras (solo cuando va al ciber la hija de Ernesto), ni celulares ni altas tecnologías.

Es una comedia donde la trama se ve con claridad, no es un filme donde cueste comprender nada y atrae al espectador en todos sus puntos de vista. El humor aparece en todo momento, no solo la genialidad de Norma Aleandro con su personaje de Elisa hacen que uno se identifique con esa abuela canchera y complice sino también sorprende el debut cinematográfico de Malena Sanchez con sus picardías, a través de esa seriedad mentirosa que muestra mezclada con travesuras de adolescente. También como ya nos tiene acostumbrados Jorge Suarez a su humor, sutil y medio ácido se suma de manera espectacular con el personaje de Luis, el fiel compañero de Ernesto que sin saberlo será una pieza clave para que su amigo mejore el vinculo con su hija Julia (Malena Sanchez) cuando vuelve a buscarlo. Se nota mucho el trabajo previo con los actores a tal punto que uno sale de la sala creyendo con seguridad que Ernesto y Julia son padre e hija, los humores, los chistes acidos, la personalidad dura pero cariñosa de ambos son claves para ello. Sin dudas que Malena Sanchez es la una de las revelaciones y le augura un excelente futuro en el cine tanto nacional como internacional. Recién comienza pero ha dado un paso gigante llevando adelante este protagonico que aunque no lo sea se va comiendo la película con sus andanzas. El rol de Ferrigno es importantisimo y de una actuación barbara que estremece tanto que se puede llegar a sentir padre por un rato de la mano de él.
Valeria Lorca (Betina) muestra en su personaje lo que puede ser estar marcada por un dolor muy profundo y tener tanto sentimiento guardado adentro. Recién en llegando al final se muestra de que manera puede expresarlo, sacarlo afuera, las dos chicas hospedadas y Elisa serán determinantes para que haya arribado a eso. La música es otro elemento a destacar porque no molesta, está puesta en situaciones claves y al ser instrumental logra conectarse con la sencillez que apunta la historia. Ninguno de los personajes desentona, todos parecen haber estado correspondidos con su rol porque se los nota cómodos y cien por ciento creíbles. Sucede que son tan reales cada una de las personalidades que no hay manera que no lleguen a ser posibles realidades. Esta segunda película de Gonzalez Amer atrapa, es sencilla pero a su vez muy profunda por las temáticas que abarca. Se puede ver con la familia, divertirse por los grandes actores que hay y porque por momentos la trama colabora en ello. Por último, es una gran virtud del director dejar varias cuestiones implícitas para que el espectador no tenga todo explicado detenidamente. Sin dudas, una película determinante.
Fotos: Ariel Monno

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