sábado, 23 de julio de 2011

Un director te aconseja: Harry Potter y las reliquias de la muerte parte II

No siento ningún aprecio por los ingleses; sacando a los Beatles y a sus grandes escritores los considero una sociedad pacata, mediocre, conservadora e imperialista. Sumados a sus herederos directos, los nunca bienamados y autodenominados americanos, hacen del mundo un lugar mucho más desagradable de lo que debería ser.
 Pero el ex imperio necesita sus ídolos para vender, y en ese caldo de cultivo hace que tenistas histéricas como Andy Murray, futbolistas patéticos como David Beckam y escritoras insufribles como J. K. Rowling lleguen al pináculo del mundo en sus respectivas actividades. 
Pido humildemente perdón: tengo hijos que pertenecen a la ¨ generación Harry Potter ¨ como reza la publicidad, pido perdón de rodillas porque es mi premisa escencial de vida compartir y disfrutar todo lo que mis (tres) hijos disfruten.
Los dos menores han leído todos los tomos, los han leído en inglés, creo que hasta los han leído antes que Rowling los entregara a la editorial. Pido disculpas de rodillas pero yo jamás disfruté de esta saga. Sacando las 5, 6 y 7, en todas las otras me quedé dormido por tramos larguísimos, y cuando salía de mi sopor veía que los alumnos maguitos estaban jugando ese juego incomprensible y estúpido montados en escobas voladoras y me volvía a dormir, y volvía de mi sopor y el pelirrojo tonto estaba diciendo una nueva estupidez o su futura enamorada rubia lindita estaba diciendo algo muy inteligente o un nuevo dragón cuidaba una nueva entrada secreta y yo me volvía a dormir.
Pido perdón de rodillas.
Así y todo, hay una buena idea a lo largo de esta historia eterna que en el mundo real hundirá a su actor protagónico en el alcoholismo y luego en las drogas para después salir del closet y finalmente, quién sabe, se suicide o se mude a Los Angeles y adopte 12 hijos entre congoleños, haitianos, somalíes y palestinos. Quién sabe. Más allá de eso, en la saga hay una buena idea, y es que el villano antagonista tenga su alma maligna repartida en 7 horrocruxes, y que uno de esos horrocruxes sea precisamente el héroe de la saga, quien debe, a la sazón, destruirlas. Sin haber descubierto ni inventado nada, porque se trata del camino del héroe tal como Joseph Campbell lo ha descrito y tal como Matrix por ejemplo, lo lleva a su perfección y La guerra de las galaxias a un camino de espejos exquisito entre Anakin y su hijo Luc; sin haber inventado nada, repito, la idea plantea al menos un final digno de ser visto, el momento en el cual el mago más malo del universo destruye al héroe, sin saber que así está destruyéndose a sí mismo. Pero los ingleses son tan pacatos, tan estúpidos y tan conservadores que necesitaban ¡¡Un final con Harry Potter de 40 años!! Señoras y señores, el único momento esperable de esta saga se convierte en una payasada y … el héroe se hace el muerto. El heroe se hace el muerto. Es para retorcerse de risa en la butaca si no fuera por lo siguiente: fue el público inglés, los lectores, quienes le dijeron a Rowling que HP no podía morir, y esa idea descabellada de los lectores, obedecida por la mercachifle Rowling es festejada por los espectadores de todo el mundo. Lo lamento y pido perdón de rodillas una vez más, pero un héroe que se hace el muerto y depende de la traición de los máximos colaboradores del villano líder, es un héroe de pacotilla. Y un héroe que 19 años después acompaña a su hijo a la mágica estación de trenes para dejar abierta la saga a EL HIJO DE HP, LA VUELTA DEL HIJO DE HP, EL ESPERMA PERDIDO DE HP , etc etc. Es cualquier cosa.
La última película de esta saga, sobre todas las cosas, es aburrida, repetitiva, previsible y estúpida. Ante la falta de otros recursos las peleas, los diálogos, las amenazas, todo se reitera una y mil veces hasta el hartazgo. El el último tiempo sólo dos películas me causaron tanto aburrimiento e indignación: La Alicia de Tim Burton y los capìtulos finales de LOST. 
Como balance, me alegra haberme encariñado con el personaje de Severo Snape desde la primera película, y lamento que un actor como Ralph Fiennes sea desperdiciado de un modo tan extraordianrio repitiendo durante 4 pelìculas el mismo diálogo. 
Algo más: el 3D me resulta una tortura cuando no es indispensable. Avatar sigue siendo la única película que justificó su inclusión.

 En fin, pido perdón de rodillas una y mil veces, pero debo advertir que (en mi humilde opinión) entre HP y una verdadera película de saga, y de héroes, hay la misma distancia entre el tiempo que me llevó a mi escribir este comentario (cuatro horas) y lo que le llevó la Warner llevar adelante la saga (más de una década). Pero bueno, así es la relación entre la creación y la crítica.
Como siempre digo, esto no es más que una opinión, probablemente equivocada.

Mi humilde opinión: todo es muy complicado.

Por Edgardo Gonzalez Amer



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